¿Conoces la Historia de la Virgen Milagrosa y el Secreto mejor guardado de Santa Catalina Labouré? Catalina Labouré tuvo un secreto que, se hubiera ido con ella a la tumba, sino fuera por lo que sucedió. En este resumen corto de la biografía de Santa Catalina Labouré te lo revelamos.
La Historia de Catalina Labouré
¿Quién fue Santa Catalina Labouré?
Santa Catalina Labouré fue una preciosa niña de ojos azules que nació en una aldea de Borgoña, Francia, en el lecho de una humilde familia campesina con raíces cristianas en el año 1806.
Cuando tenía 9 años, su madre falleció. Un día, triste y desamparada en su casa, Catalina Labouré le dijo a la Virgen: «En adelante, tú serás mi única madre».
El 25 de enero de 1818 tomó su primera comunión, y poco a poco fue interiorizando su fe y sus experiencias religiosas.
La joven Catalina
Esta increíble y responsable niña fue creciendo, y a sus 14 años, era una joven alegre y madura, trabajadora y fervorosa, que vivía entre las tareas de la casa y los quehaceres de la granja.
La visión de san Vicente de Paúl
En una ocasión soñó que al finalizar una misa, el sacerdote le decía: «un día te sentirás feliz de encontrarme y de seguirme». Un sueño que Catalina de Laboure no entendió hasta que un día a sus 18 años, reconoció en un cuadro, el rostro del sacerdote de su sueño, tratándose de San Vicente de Paúl, fundador de las Hijas de la Caridad.
Su vocación
El 21 de abril de 1830, comenzó el noviciado en las Hijas de la Caridad, en la calle del Bac en París. De esta forma, poco a poco, su sueño fue cumpliéndose, pues ya se encontraba siguiendo a San Vicente de Paúl.
En el noviciado, dispuso de tiempo para la oración, cosa que en su aldea, entre tantos trabajos del hogar, no podía encontrar y se dedicó a ella intensamente.
Pero lo mejor, ¡estaba por suceder!
A sus 24 años y en los primeros meses de su noviciado tuvo diversas experiencias extraordinarias: en distintas ocasiones y cada vez bajo un aspecto distinto, contempló el corazón de san Vicente de Paúl . Además, en momentos de la Eucaristía, también vio a nuestro Señor frente al Santísimo Sacramento.
Eso no es todo. ¡Lo grandioso viene ahora!
Las Apariciones de la Virgen Milagrosa
La primera experiencia relevante de la historia de Catalina Labouré, fue la noche en que vio por primera vez a la Virgen en la capilla, aparición que duraría dos horas y media y en la que la Virgen le dijo cómo actuar ante las adversidades que se avecinaban.
Lo más relevante de la breve historia de Santa Catalina Labouré:
Santa Catalina Labouré y la Medalla Milagrosa
El 27 de noviembre de 1830 sucedió la segunda aparición de la Virgen a Catalina Labouré mientras rezaba. En esta experiencia, la Virgen le encomendó la acuñación y propagación de una medalla según lo que allí estaba presenciando. Medalla que más tarde sería conocida como la medalla de la Milagrosa y que según las palabras de nuestra Madre, a través de ella, derramaría gracias y beneficios a quienes la lleven puesta y se lo pidan con confianza.
Un mes después, en diciembre, ocurrió el último de los milagros de Santa Catalina Labouré, aparición en la que, la Virgen le dijo por última vez que siempre la encontraría mediante la oración.
LA DESCONFIANZA DEL PADRE CONFESOR
Catalina confesó al padre Aladel las apariciones y los propósitos de la Virgen sobre la Medalla Milagrosa, pero el padre Aladel al principio desconfió de Catalina, diciendo que eran ilusiones y sueños que ella había tenido.
Gracias a su carácter y tenacidad, Catalina consiguió que el padre Aladel acuñase la Medalla, según la imagen del recuerdo de Santa Catalina Labouré, cumpliendo así con el encargo de la Virgen. La milagrosa medalla se propagó rápidamente gracias a los milagros y a las gracias que otorgó y que continúa otorgando hoy día.
El SECRETO DE CATALINA
Catalina le pidió al padre Aladel, su único confesor, que no revelara su identidad y así poder permanecer en el anonimato y dedicarse a sus tareas y quehaceres diarios.
De este modo, a pesar de que todo el mundo quería saber quién era la vidente de las apariciones de la Virgen de la Medalla Milagrosa, Catalina logró permanecer en el anonimato hasta el fin de sus días pues «La Virgen era la importante, no la vidente». Hasta posteriormente a su muerte el 31 de diciembre de 1876, no se dio a conocer su relación con las Apariciones de la Virgen Milagrosa.
Así transcurrió la vida de Catalina Labouré, en silencio, sin ningún tipo de autopromoción, escondida del ego, sin buscar ninguna gloria, dedicada al cuidado y atención de los enfermos. ¡Qué humilde y sencilla era Catalina!
Resumen de los últimos días de la vida de Santa Catalina Labouré
El 30 de enero de 1831, Catalina toma el hábito de Hermana de la Caridad y es destinada al hospicio de Enghien, donde sirvió y cuidó a pobres ancianos hasta su muerte.
Su cuerpo fue exhumado 57 años después de su fallecimiento durante el proceso de beatificación del papa Pio XI en 1933. El cuerpo incorrupto de sor Catalina Labouré fue colocado en una urna de cristal con hábitos nuevos. Hoy día puede ser visitada por los peregrinos en la Capilla de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, en la calle Rue du Bac de París.
El Día de Santa Catalina Labouré: 28 de Noviembre
El papa Pío XII canonizó a Catalina en 1947, celebrándose de esta forma el 28 de noviembre el día en honor a Santa Catalina Labouré.